Parecería que la suerte de Puyo en la historia, fue mejor en comparación de otras regiones de la Amazonia, como el caso del valle de los Cosangas cuna de los guerreros Quijos, nacionalidad indígena que resiste a desaparecer hasta ahora.
Cuando los españoles intentaron llegar al pais de la canela, se encontraron a un pueblo guerrero, los Quijos que ademas fueron grandes ceramistas y agricultores.
Los invasores guiados por indígenas andinos ingresaron al territorio de los Quijos en varias ocasiones, en la tercera ocasión, el capitán Ramírez Dávalos funda el 14 de mayo de 1550, Baeza del Espíritu Santo de la Nueva Andalucía, de ahí en adelante la muerte y destrucción de su cultura era lo unico que traian los invasores a estas tierras milenarias.
Los españoles militares y religiosos impusieron a fuerza de bayoneta y de miedo, su dios y su extraña religión a los pobladores de estas selvas.
El concejo de ancianos determino a sus guerreros que el único camino era la expulsión de los europeos de su tierra sagrada, de lo contrario su cultura, su vida, desaparecería para siempre, eso lo vieron gracias a las plantas sagradas de la selva como la ayawaska y el natem.
Es así como el gran guerrero Jumandy organiza a sus mejores hombres y lanza en mano invita a todos los pueblos de la selva a expulsar a los invasores de su territorio, después del éxito de la primera arremetida el pueblo con más ansias de libertad pide que la lucha se extienda por todo la región, empiezan los cantos de lucha contra el invasor en todas partes, pero la brutalidad de los invasores no tenía limites, miles de españoles llegaron desde Quito para hacer justicia manu militari, eran en armas y en numero superiores a los locales, con la derrota a Jumandi y a sus mejores hombres los capturan y los llevan a Quito para humillarles, amarrarles a un caballo y arrastrarles por las calles de la ciudad para luego descuartizarlos y cortar sus cabezas, dicen las crónicas que pasaron muchos años exhibiendo estos cráneos de nuestros héroes amazónicos a las afueras de la plaza grande y así intimidar a la población aborigen a no revelarse contra el invasor.
El gran guerrero Jumandy vive en el corazon de los pueblos rebeldes de la amazonia, que no permiten al extranjero invasor saquear su tierra
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